El Simbolismo

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Dentro de los grandes movimiento estéticos y artísticos de Europa, el simbolismo marcó un precedente importante para lo que luego serían las vanguardias.

Como su nombre lo indica, durante este período nace un especial interés por hacer del lenguaje, la imagen y los colores como recurso simbólico que potencie el mensaje del artista. Nació a finales del siglo XIX y se desarrolló siguiendo los pasos de Charles Baudelaire, a quien los simbolistas tomaron como guía.

Si bien en un inicio se enfoca en la literatura, pronto se extendería a otras manifestaciones artísticas y adquiriría matices diferentes de acuerdo al país. ¡Conoce todo sobre este movimiento artístico a continuación!

¿Qué es el simbolismo?

El simbolismo fue un movimiento estético, originalmente literario, que nació en Francia a finales del siglo XIX en el año 1886 y se extendió hasta la primera década del 1900. Como indica el nombre, priorizaba el uso de símbolos para acercarse a la realidad objetiva y reflexionar en torno de ella. De este modo, los artistas simbolistas usaban la abstracción para expresar sus emociones, imaginación desbordada y proyectos estéticos.

Los simbolistas coincidían en considerar al mundo como algo misterioso, dentro del cual el arte se manifestaba como un sueño por descifrar. En el aspecto literario, el simbolismo se enfocaba en la búsqueda interior de verdades universales que explicasen el sentido de la vida del hombre. Así, muchos de sus temas típicos tienen que ver con la espiritualidad, épocas medievales, la imaginación, el ensueño, etc.

Además, su estética se oponía al realismo y al naturalismo, pues estos se enfocaban en representar de manera fiel la realidad cotidiana. En oposición, el simbolismo se interesaba por lo que iba más allá de la realidad sensible.

Características del Simbolismo

Características del Simbolismo
«La muerte y las máscaras», por James Ensor, 1897.

Pese a que el simbolismo adquirió particularidades de acuerdo al país en el que se desarrolló, tiene bases comunes en todos ellos. Por ello, podemos establecer como principales características a las siguientes:

Ruptura con el naturalismo, realismo y parnasianismo

En su búsqueda de identidad, el artista simbolista se opone a los movimientos artísticos que le precedieron, entre ellos el naturalismo, realismo y parnasianismo. Los dos primeros se enfocaban en retratar la realidad y sus problemáticas de manera mimética, lo que convertía al arte en una subsidiaria de la sociedad. En oposición, los simbolistas promulgan una independencia del arte respecto del esta, de ahí que promuevan el “arte por el arte”.

En el caso del parnasianismo, este movimiento estético le daba mucha importancia a la forma del poema, el verso y la estructura formal. Sin embargo, para los simbolistas, esto limitaba la libertad del poeta y artista, por lo que se distanciaron de dicho modelo.

Libertad de creación

En consonancia con lo anterior, los simbolistas promulgaban una libertad absoluta en cuanto a la creación. Así, el artista era totalmente libre de plasmar su interioridad en la obra artística de la manera que mejor le pareciera, ya sea que el modo resulte confuso de entender o no.

Renovación de las formas poéticas

En contra de los parnasianos, los simbolistas se alejaron del verso medido. De hecho, Arthur Rimbaud es considerado el principal impulsor del verso libre tomando como inspiración a Charles Baudelaire.

Critica el materialismo de la sociedad industrial

El simbolismo artístico elaboró una fuerte crítica contra la modernidad, el excesivo materialismo de la sociedad industrial y la ausencia de escrúpulos en aras del desarrollo. Así, se dedicaron a una vida de búsqueda interior más espiritual, revalorando épocas medievales y apostando por la verdad universal.

Aboga por la independencia del arte

Con el simbolismo, el arte deja de estar al servicio de la sociedad, la ciencia y la modernidad. En cambio, pasa a enfocarse en ella misma, en la reflexión interna del artista y el cultivo de la estética por sí misma.

Usa recursos simbólicos para expresar ideas y emociones

Una de las principales características del simbolismo es el uso de sugerencias, sinestesias y juegos con el lenguaje. De este modo, el mensaje no es tan patente, sino que se muestra oscuro, difícil de comprender y requiere de una participación activa del lector para poder descifrar lo que el artista intenta transmitir.

Lenguaje altamente musical

Aunque el verso se libera de la métrica y la rima, los poetas simbolistas le dan gran importancia a la musicalidad del lenguaje. De hecho, son los que más experimentan con la sinestesia, el ritmo interno del poema y las sensaciones que transmiten los sonidos dentro del verso.

Origen del simbolismo

En un principio, el simbolismo se estructura como la reacción esperada contra el naturalismo y el realismo, es decir, contra el arte al servicio de la sociedad. Ambos movimientos exaltaban filosofías anti-idealistas y se dedicaban a representar la cotidianidad. Como consecuencia, la juventud parisina sintió un profundo rechazo a la misma, lo que llevó a glorificar la espiritualidad, imaginación, mundo de los sueños, etc.

Origen del Simbolismo
«La muerte del sepulturero», por Carlos Schwabe.

Como antecedente directo tenemos a Charles Baudelaire, padre de la poesía moderna. Su principal obra, Las flores del mal (1857) marcó la pauta para movimientos posteriores como el decadentismo, parnasianismo, modernismo y simbolismo. Su obra en conjunto explora temas polémicos en la época como lo demoníaco, la sexualidad, las drogas y el satanismo.

En tal sentido, poco a poco los simbolistas se distanciaron de los parnasianos, pues estos privilegiaban la forma sobre el fondo. Los simbolistas, en cambio, apostaban por un lenguaje más hermético, el verso libre y priorizando la subjetividad del artista. Promovieron la idea de “el arte por el arte” y generaron mucho escándalo en el ambiente artístico de la época debido a sus actitudes transgresoras, temas polémicos y férreas críticas contra otros artistas consolidados.

El movimiento adquirió más notoriedad a partir de tres figuras fundamentales: Arthur Rimbaud, Paul Verlaine y Stéphane Mallarmé, conocidos como los poetas malditos. Los dos primeros, sobre todo, establecieron el camino que luego seguirían los simbolistas en todo Europa.

Contexto histórico del simbolismo

Precursor del simbolismo
«Charles Baudelaire», precursor del simbolismo.

Como todo movimiento artístico y estético, es inevitable que tenga influencia del contexto en el que se desarrolla. Por tanto, para entender la cosmovisión del simbolismo debemos conocer los datos y eventos históricos que coincidieron con el mismo.

A grandes rasgos, en la segunda mitad del siglo XIX Europa experimentaba el primer centenario desde la Revolución Francesa. Debido a esto, los artistas simbolistas se encontraron con una coyuntura particular.

Máximo esplendor de la clase burguesa

Como consecuencia del pensamiento ilustrado, la Primera Revolución Industrial y los inicios de la segunda, la burguesía había tomado una predominancia nunca antes vista en Europa. En tal sentido, la precarización laboral, explotación con fines industriales y la estructura de diferenciación social se agudizaron.

La vida moderna llevó al hombre a cumplir horarios fijos y a muchos artistas jóvenes a sentir completo hastío por la ciudad. Por ello, una de las formas de escapar de esta realidad esclavizante fue mediante el arte, el mundo onírico y la subjetividad.

Decadencia de la filosofía positivista

El positivismo había prometido al hombre alcanzar un desarrollo nunca antes visto a través de la ciencia. Y aunque esto fue así, pronto los avances tecnológicos fueron usados para impulsar guerras, conquistar territorios del África y Asia e iniciar una carrera armamentística que luego desembocaría en la Primera Guerra Mundial.

No solo eso, sino que el positivismo no había logrado cubrir las necesidades espirituales del hombre. Además, había llevado al arte a ser su subsidiaria, quitando libertades necesarias para que el artista pueda expresarse en toda su dimensión.

Unificación de Alemania e Italia

Alemania se unificaría para el año 1870. Un año después, ocurriría lo mismo con Italia. La consecuencia de ello es que las máximas potencias europeas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX empezarían a repartirse los territorios del resto del mundo e iniciar una carrera armamentística todavía más acelerada.

Neocolonialismo en África y Asia

Países como Inglaterra, Francia y España verían en África y Asia una oportunidad para afianzar su poderío imperial y obtener materias primas para la industrialización de sus sociedades. Evidentemente, en este proceso iniciaron campañas bélicas que costaron la vida de miles de ciudadanos de los países colonizados.

Paz Armada

La Paz Armada fue un período de gran tensión que experimentó Europa durante gran parte de la segunda mitad del siglo XIX. Las potencias mundiales de la época como Inglaterra, Francia, Alemania e Italia iniciaron una carrera armamentística sin precedentes. Ello llevaría, de forma inevitable, a lo que luego sería la Primera Guerra Mundial.

El simbolismo en la literatura

Un rincón de la mesa
«Coin de table, retrato de simbolistas reconocidos», por Henri Fantin Latour.

Aunque el movimiento simbolista también destacó en el aspecto de la pintura, fue sin lugar a dudas en las artes escritas donde encontró mayor trascendencia. A nivel de la literatura, los poetas y escritores simbolistas renovaron muchos de los preceptos estéticos que se habían establecido hasta ese momento.

Así, se produjo la ruptura del verso y los primeros asomos del versolibrismo. Del mismo modo, temas considerados tabú empezaron a aparecer con frecuencia en los escritos simbolistas. Hablar sobre homosexualidad, satanismo, sexualidad, drogadicción, muerte y lo grotesco, era común entre los artistas jóvenes del simbolismo, algo que despertó gran revuelo entre los intelectuales de la época.

Aunque los nombres son diversos, algunos de ellos destacan por la trascendencia que tuvieron dentro del movimiento, aquí te dejamos a los más importantes.

  • Charles Baudelaire (1821-1867): es considerado el precursor del simbolismo francés y de quien beben muchos de los poetas malditos de finales del siglo XIX. Admirador acérrimo y traductor de la obra de Edgar Allan Poe, su obra explora la precariedad de la vida, los males de la sociedad y el hombre, el bien y el mal. Sus polémicas obras, entre las que destaca Las flores del mal, le valieron estar una temporada en prisión.
  • Stéphane Mallarmé (1842-1898): aunque su obra es escasa, influyó significativamente en la literatura de la Francia del siglo XIX. En cuanto a su poesía, esta se caracteriza por ser oscura, muy simbólica y compleja. En su mayor obra, La siesta de un fauno (1876), oscila entre el mundo real y el onírico.
  • Arthur Rimbaud (1854-1891): Es tal vez la figura más importante de todo el simbolismo, sobre todo por su prolífica obra desarrollada en apenas cuatro años. Rimbaud creía que el poeta era un vidente que debía vivirlo y sentirlo todo. Esta poética la manifestó en Una temporada en el infierno (1873) y en sus Iluminaciones (1874), obras que culminó antes de cumplir apenas 20 años.
  • Paul Verlaine (1844-1896): figura bohemia y muy importante dentro de la vida artística de Francia a finales del siglo XIX. Con una vida llena de escándalos, desde sus constantes pleitos callejeros hasta el romance que tuvo con Rimbaud, Verlaine tuvo influencia directa de Baudelaire, sobre todo en el uso de un lenguaje coloquial. Para el canon literario, Verlaine es el padre del modernismo hispanoamericano. Entre sus obras, destacan sus Poemas saturnianos (1866) y Fiestas galantes (1869).

El simbolismo en la pintura

En la pintura, el simbolismo se manifiesta a través de un rechazo al academicismo, el positivismo y el realismo pictórico. De este modo, los pintores simbolistas rechazan las técnicas del impresionismo, tienden a expresar la subjetividad mediante el color y la forma, y evaden el presente.

Una de las temáticas centrales de la pintura simbolista es el erotismo, las referencias mitológicas, religiosas y sobrenaturales, y el subjetivismo. Entre sus principales representantes tenemos los siguientes nombres:

  • Puvis de Chavannes (1824-1898): Destaca por la dispersión de las figuras y el poco color que usa en sus lienzos. Entre sus creaciones más destacadas encontramos a El pobre pescador.
  • Gustave Moreau (1826-1898): considerado precursor del simbolismo, sus obras destacan por una estética decadente con referencias mitológicas y religiosas. Una de sus pinturas más importantes y conocidas es La aparición.
  • Odilon Redon (1840-1916): La obra de Odilon Redon explora la mitología europea, temas bíblicos, fantasía y misterio. Por ello, es usualmente considerado el precursor del surrealismo. Su obra más destacada es Los ojos cerrados.

El movimiento simbolista, como tal, sirvió de precedente para lo que serían las vanguardias en Europa, conjunto de movimientos estéticos que marcarían un antes y un después en el arte del siglo XX.

Autora: Karen Soto

Poeta, artista y literata con enfoque en Las Bellas Artes y en La Edad Media. Diplomado en gestión cultural, promoción cultural y fomento lector. Apasionada por la poesía y la pintura, con años de experiencia en ambos rubros. Más sobre Karen.

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